LOS SAGRADOS CORAZONES DE JESÚS Y DE MARÍA

«En verdad, no ama al Sagrado Corazón de Jesús quien no ama al Inmaculado Corazón de María. Es la razón por la que en el reverso de la Medalla Milagrosa hay dos corazones acuñados: el de Jesús cercado de espinas y el de María traspasado por una espada».

El corazón representa la sede de los afectos y sentimientos. Las Sagradas Escrituras revelan el amor infinito de Dios que nos creó a su imagen, capaces de amar. Jesús confirmó el Mandamiento principal de Dios: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12,30).

Porque nuestra Congregación nace en la atmósfera espiritual de esta devoción (Siglo XIX).